jueves, 15 de septiembre de 2011

Cuadro de Otoño


A pesar de estar en verano, hoy es uno de esos días de otoño que se pintan en los cuadros pocas veces por ser grises y lluviosos, llenos de charcos y paragüas de colores en movimiento por las aceras, que parecen improvisar coreografías bajo la lluvia al ritmo de los semáforos y pasos de zebra.

Se nota la humedad en el aire cuando ya ha escampado y queda un rastro de ese olor a lluvia tan caracteístico que a mi me encanta.

Ya son las ocho de la tarde y aprovechando que ahora los rayos y truenos han dejado de mostrar su presencia, ni siquiera a escasos kilómetros de aquí, voy a buscar una sombrilla para el agua si es que aún queda alguna en el paragüero junto a la puerta y terminar mi jornada de trabajo.


Pero antes de hacerlo no he podido evitar escribir que es lo que se pasaba por mi mente en estos momentos al observar desde las amplias cristaleras la estampa que se dibuja afuera de estos muros y he tratado de mostraros lo que en este preciso instante están viendo mis ojos, no sé si con mayor o menor acierto.

Los coches recorren las calles tam deprisa que pareciera que temieran que las gotas de agua destrozaran sus ahora brillantes carrocerías. Los niños han dejado abandonada una rayuela que la que sólo quedan las casillas en cuyo interior hasta hace no muchas horas existían unos números coronados con pequeñas piedrecitas que actualmente están a la orilla del desgastado juego. Las madres intentan cobijar a sus hijos los máximo posible de este viento frío bajo abultadas trencas y nuevos paragüas que hasta dentro de unos días no debían de haberse estrenado. Los abuelos han abandonado los bancos de los parques y se han refugiado al calor de una buena taza de café o chocolate, aldedor de la cual cuentan sus historias del último viaje de este verano o lo que experan encontrar dentro de unos días en ciudades cercanas a la costa donde acudirán con sus esposas y otros amigos jubilados.

Y ahora cuando estoy preparada para enfrentarme a esta postal otoñal de la que sólo me separa una puerta os dejo, pero os anunció que será pronto mi regreso.


Luna de Plata

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