viernes, 11 de marzo de 2011

El Grupo de Música 4




Bueno, lo prometido es deuda. Como uno de los regalos que os voy a dar para celebrar el primer año del blog, aquí tenéis la cuarta parte de "El Grupo de Música". Tardé en subirla porque a pesar de estar escrita hace meses me faltaba corregirla, añadirle y quitarle cosas. No se yo cómo habrá quedado, así que espero con ansias vuestras críticas tanto buenas como malas.

Logicamente ha pasado tanto tiempo que no os acordaréis de la historia jajaja. Mea culpa. Así que como ya es costumbre os pongo a continuacion los links de los anteriores capítulos:

¡ Disfrutad de la lectura !

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Me giré y fui siguiendo las indicaciones que me habías dado hacía apenas unos minutos.

- Primero a la derecha - me recordé mentalmente, aunque de sobra sabía ya el camino que seguía.

El cielo comenzaba a teñirse del color intenso de la tinta china y no había nadie por alli, sólo estábamos mis pensamientos y yo.

En verdad me apetecía pasear por esta calle alumbrada unicamente por una tímida luz de farolas que abriga a los árboles de camelias floridos, cuyos pétalos descansan sobre los bancos que duermen a sus pies - Me gusta estar aquí - pensé mientras recogía un par de pétalos rosas y los guardaba en uno de los bolsillos de la cazadora.

De echo es una de mis calles favoritas, ya que es donde destaca con su imponente porte señorial el edificio de estilo neoclásico que alberga al gran teatro. A veces me imagino a las damas de finales del siglo XIX o príncipios del XX luciendo sus elegantes vestidos la noche del estreno, mientras descienden por las escaleras de mármol del brazo de sus maridos.

Pero al mismo tiempo una molestia empezaba a aflorar en mi interior. Estaba comenzando a tener un poco de miedo por caminar sola por semejantes calles solitarias a esas horas. Me sentía inquieta.

Apuré el paso para intentar llegar lo más pronto posible a mi casa y comprobé cómo la noche se hacía más espesa a medida que avanzaba.

De pronto, me pareció oir unos pasos lejanos a mi espalda.

- Seguro que son imaginaciones mías - me dije a mi misma en un intento de tranquilizarme. - Producto puramente de mi traviesa mente que ante semejante atmósfera, dibujó lo que era propio de aparecer en iguales circunstancias en una película de miedo o suspense.

Pero a pesar de los intentos de autoconvencerme, me sorprendí al ver cómo parecía que mi cuerpo iba por otro camino diferente al de mi razón.

Mi andar se hizo inconscientemente más rápido. No se si en verdad venía alguien detrás o simplemente eran alucinaciones mias. Pero ...

- ¿Y si en verdad venía un "lobo" como me habías dicho minutos atrás mientras me reía de tí?

Me concentré en escuchar los pasos fantasmas y efectivamente alguien venía detrás mio. Cada vez le notaba más cerca.

Yo mientras tanto, intentaba ir más rápido pero no podía. Había llegado a mi límite de velocidad. Seguro que quien seguía mis pasos, casi a ciencia cierta por casualidad, veía que mis andares eran más propios para un pato mareado que para mí. Además, no quería que esa persona se diera cuenta de que iba rápido intentando huir de ella.

De repente, noto que empieza a correr hacia mi. Yo sigo con el mismo ritmo de paso tratando de tranquilizarme.

- No voy a empiezar a correr, porque sino esa persona que seguramente no me va persiguiendo, pensará que soy una loca histérica. Y no le faltará razón.

Los pasos veloces se acercan cada vez más. Mi pulso se acelera de forma descomunal dándome la impresión de que o bien explota o bien me va a saltar en cualquier momento del pecho. Siento que mi cuerpo empieza a temblar y cómo me cuesta mantenerme sobre mis piernas, ya que han adquirido una pesadez que tal parece que esten hechas de plomo. Parece ser que las palabras que anteriormente me dediqué a mi misma para serenarme ya no están surtiendo efecto.

Noto cómo va acortándose la distancia entre mi "no perseguidor" y yo, hasta que sus pasos me alcanzan.

Entonces, la persona se para a mi lado y sigue el ritmo de los mios.

Mi corazón se acelera presa del miedo que ahora empieza a convertirse en pánico, a la vez que percibo cómo una ola de frío helado recorre mi cuerpo adueñándose de cada pequeño rincón. Cierro los ojos mientras aguanto el aire en mis pulmones. Es como si de esta forma intentara pasar desapercibida o hacerme invisible. Como si fuera la manera de escapar de esta extraña situación.

- ¿Qué tal? - oigo decir.

Esa voz ... Me da miedo girarme hacía mi derecha por si me equivoco, pero inevitablemente lo hago... Eras tú.

- Vas muy sola. Y además por aquí no veo a nadie.

Mis ojos se abrieron delatando sorpresa o incredulidad, no lo sé a ciencia cierta, mezclada con tintes de la rabia o el enfado que comenzada a nacer en mi. Lo que si sé es que durante unos segundos me quedé muda para luego explotar y decirte ...

- ¡Idiota! - te grité - ¡Me has dado un susto de muerte!

- ¿Quién yo? ¿Por qué? - respondiste alarmado.

- ¿Te estás quedando conmigo? ¡Lo sabes de sobra! ¡¿Qué es eso de ir siguiendo a una chica que va sóla por una calle vacía en mitad de la noche?! - te dije en un tono de voz más alto de lo normal.

- ¿Te asusté?

Me paré, giré hacia tí y ví que me mirabas con ojos incrédulos. Me daba pena haberte chillado porque en verdad se veía que no eras consciente del miedo que me habías hecho pasar.

- ¿Tú qué crees? Pues sí ... - dije ya con un tono más normal de voz.

- ¡Lo siento! De verdad ... Precisamente venía detrás tuya para acompañarte hasta casa y que no tubieras miedo.

- Pues conseguiste todo lo contrario - apuré a responer.

Me tranquilicé, nos miramos y empezamos a reir.

- ¡No sabes lo mal que lo estaba pasando!

- ¡Lo siento!

- Me acordaba de lo que habías dicho del lobo.

Seguíamos riendo.

- ¿Lo del lobo? Pero si era una broma mujer.

- Ya lo sé, pero no sé porqué me vino a la cabeza. Oí unos pasos a lo lejos y ...

- Bueno caperucita, de verdad que lo siento, ¿me perdonas? - preguntaste mientras se te escapaba una sonrisa.

- No se yo ... - dije con rintintín.

- ¡¿Ah no?! Pues ya no te acompaño a casa - añadiste en un tono como cuando los niños quieren chinchar a otro.

- Me da igual. Total, para lo que me queda de camino ... - fueron mis palabras bromeando con aire despreocupado.

- Conque esas tenemos ... - Te paraste. - Pues entonces me voy - respondiste mientras hacías ademán de girarte y volver por donde habías venido.

- ¡Pues entonces sí! - contesté mientras te agarraba del brazo.
Volvimos a reirnos.

- Era broma, te acompaño aunque no me perdones.

- Ya lo sé.

- ¿Ah si? ¿Cómo sabes si te lo digo de verdad y no es por quedar bien?

- Porque te conozco aunque sólo sea un poco - respondí mientras te guiñaba el ojo.

Comenzamos a caminar otra vez en silencio. Pero al poco tiempo volviste a preguntarme:

- ¿De verdad me perdonas?

Sorprendida por la pregunta, te miré y añadí :

- Claro que sí. Pero además no creo que te afectara mucho que no te perdonara.

- ¿Tu qué sabes? Yo quiero que me perdones de verdad por haber hecho que lo pasaras mal.

- Estás perdonado -me miraste con ojos como de cordero degollado, como si no fuera una respuesta suficiente - ... de verdad - completé.

Sonreimos al mismo tiempo y seguimos caminando mientras nuestros labios se contagiaron del silencio que reinaba en el lugar.

Yo iba perdida en mis pensamientos. La verdad es que me habías hecho pasar unos minutos horribles. No sabes lo miedosa que soy y no te voy a desvelar esa debilidad de mi. Pero ¿cómo no te voy a perdonar con esa cara que pones? ¿cómo no te voy a perdonar, si en verdad venías detrás para ... ¿cuidarme? ¡Por supuesto que te perdono! - pensé.

- Pues vine detrás de ti casi desde que nos despedimos. Debí de caminar como 50 metros y di la vuelta. Me preocupaba que andubieras sola, porque si por donde yo estaba no había gente, por donde tu ibas seguramente que tampoco. Aunque bueno, si no había gente tampoco te podía pasar nada - te estabas tocando inconscietemente la cabeza, como cuando te avergüenzas por algo - pero yo no estaba tranquilo. Me sentía como un poco culpable por dejarte ir sola, pero poco eh. Porque yo también te conozco un poco como tú dices y sé que eres una miedica - Esta ultima frase la dijiste mientras te reías y me lanzabas una de tus miradas acusadoras.
- ¡Eh!
- Y total como no tenía prisa ... Oyes, con el frío que hace no me extraña que todo el mundo esté ya en casa.

Volvimos a paranos. A este paso no llegaría a casa hasta mañana y tú a la tuya un día más tarde.

No te atrevías a mirarme. Tal vez te daba vergüenza lo que habías dicho o el haberte preocupado. Parecías un niño que acaba de romper algo y tiene miedo de la reprimenda de su madre. No parecías tú. Normalmente llevabas una coraza que decía: "insensible para tonterías y ñoñadas" y esto de acompañarme porque tubiera miedo, lo catalogarías de tontería. Pero ahora mismo dabas la imagen de alguien más ... no sé bien como decirlo ... ¿inocente?

- ¡Muchas gracias! - dije y al hacerlo te dediqué mi mejor sonrisa y te acaricié el brazo como agradecimiento - Parece que sí me conoces un poco.

Levantaste la mirada y tus ojos se encontraron con los mios que brillantes te miraban sinceramente agradecidos. Pusiste tu mano sobre la que tenia puesta en tu brazo y junto a una bonita sonrisa añadiste:

- No hay de qué.

Retomamos la marcha, cada uno con sus manos en sus respectivos bolsillos. Ya estabamos acabando la calle que estaba al lado de la mia. Íbamos el uno al lado del otro en silencio. Como si aquellas últimas palabras crearan una atmósfera que no nos apeteciera romper con una nuevas.

- Así que te gustó la música de mi canción.

- Pues si. Ya te dije antes que se parecía a como pensaba, porque al comenzar a oir los primeros acordes pensé en ella. ¿Raro no?
- La verdad que sí. Esas cosas sólo te pasan a tí... Ya volvías a parecer el Carlos de siempre.

En ese momento comencé a oir la canción "Almost Lovers"

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- ¿Qué es esto pensé? ¿Esa música? - Miré para tí.

De repente todo se volvió turbulento. Se deshizó la nube que estaba formando aquel sueño.

Era el despertador de mi móvil. Le había puesto aquella canción porque su melodía me despertaba de una manera dulce, pero hoy me parecía que era de una manera amarga, muy amarga. Me había dejado con la miel en los labios. Sin saber el final.

Yo quería seguir alli, seguir viviendo en aquel sueño. Porque es de esos de los que no quieres despertar, de los que quieres seguir en ellos aunque en algunos momentos lo pases mal, aunque no sean la realidad...

Esos que los vives como si de verdad estubiera en ellos y las emociones que experimentas son como las reales. Como si estubieras viendo una película aunque no seas su protagonista.

Y cuando despiertas, te invade una sensación inexplicable. Una especie de inquietud muy intensa porque lo has vivido como real, y a la vez una desilusión porque simplemente era un sueño.

Pero ya es tarde para quejarse. Mi sueño se rompió en mil pedazos y no hay pegamento capaz de volver a juntarlos.

Tengo que dejar el mundo de los sueños, el mundo de las nubes de azúcar y los castillos de aire, y volver a tocar con mis pies esta tierra fértil llamada realidad.

PD: ¿Qué os ha parecido? ¿Era lo que esperábais?
PD2: En los próximos días os daré otros dos regalitos ;D

Primer Cumpleaños del Blog







Cumpleaños feliz, cumpleaños feliz, taratatararita, cumpleaños feliz ...


Pues si, ya ha pasado un año, 12 meses desde que me decidí a crear este al que llamo "Mi Pequeño Rincón".

Ese día 11 de marzo del 2010, por fin había reunido las fuerzas suficientes como para atreverme a dejar por escrito con tinta y hojas digitales, todo aquello que llevaba dentro. Dispuesta a reflejar lo que mi alma y corazón escondían a ojos del resto del mundo, a pesar de que alguien de mi entorno lo pudiera descubrir. (Gracias Principessa por animarme a ello ;D)

Estaba muy ilusionada con el comienzo de esa nueva "aventura" y dispuesta a que personas que hasta entonces desconocía, leyeran las líneas que escribo en mi famosa libreta roja. Que por cierto ya no tienen ni una sóla hoja en blanco, así que ahora tengo una azul :)

Muchas de mis reflexiones, de mis sentimientos, se perdieron por el "camino" ya que a pesar de escribirlas y estar dispuesta a compartirlas con
vosotr@s, no pudieron ver la luz por diferentes motivos y problemas que se escapaban de mis manos y que nos hicieron estar separados por un tiempo (hasta en 3 ocasiones durante meses).

He estado leyendo estos días aquello que escribí y que no leistéis para que por fin lo pudierais hacer. Pero como ya en dicho en más de una ocasión, a tiempo pasado no me parecen merecedores de ser leídos ya que no me parecen ni tan buenos como en su momento creí al dejar que salieran de mi, ni tan comprensibles como para que entendierais por lo que estaba pasando en esos momentos. Pero bueno, voy a intentar subirlos si en verdad os interesan ;)

Una cosa importante que no se me puede olvidar decir, es que durante esta sucesión de meses y estaciones he conocido a una serie de personitas en este mundo que han hecho que se dibujara en más de una ocasión una sonrisa en mi rostro. No pensé que se pudiera llegar a coger cariño a alguien que ni ves ni escuchas :) (Principessa, Bambú anteriormente conocida por Gugu y Mis Dee, Jo Grass, David, Poetess, Primavera y Otoño, Alex, Vanne, Lucy...)

Pero lo más importante de todo, es que este Pequeño Rincón, no hubiera sido lo mismo sin todas esas personitas que forman parte de este selecto club jajaja,
tod@s mis seguidores y quienes esporádicamente se acercan a conocer lo que se cuece por aquí y dejan sus comentarios. A ver si este nuevo año tenemos más, tanto seguidores como comentarios.
Ahora creo que sólo resta decir que ....

¡¡¡¡¡ MUCHAS GRACIAS a
TOD@S !!!!!

Muchas gracias por estar ahí. Por compartir vuestras historias. Por dejar vuestras opiniones, ánimos y consejos. Por hacerme los regalos que están en el blog. Por estar pendiente de cada una de mis entradas. Por visitarme aún cuando parecía que había "desaparecido". Por echarme de menos. Por vuestra paciencia ...

MUCHAS GRACIAS
PD: perdón por aún no haberos dejado comentarios en vuestros pequeños mundos, aunque ya sabéis que os leo ;)